CUMPLIÓ 120 AÑOS EL PINO SUÁREZ

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Empezó como un homenaje al porfirismo; sigue encerrando el color y la variedad de
los alimentos de una ciudad cambiante

Con ciento dieciséis años de servir a los mazatlecos, el Mercado José María Pino Suárez se adapta a los cambios y a los tiempos. No sólo compite con las tiendas departamentales y las cadenas de comercio al detalle, sino que ahora lo hace hasta con las farmacias. Y con todo, ahí sigue, como punto de concentración y de atención, como atractivo turístico y como centro de abastos.

El mercado fue inaugurado el cinco de mayo de 1899, con el nombre de Manuel Romero Rubio. Gobernaba entonces el país Porfirio Díaz, y Romero Rubio era su suegro.

Se atravesó la revolución y cuando cambiaron las cosas, se decidió rebautizarlo con el nombre de José María Pino Suárez, el vicepresidente sacrificado junto con don Francisco I. Madero.

Por dentro se han hecho reformas, redistribuciones, arreglos a veces fallidos, pero la naturaleza de su comercio sigue igual. Los vibrantes colores de su frutas y verduras, los rojos palpitantes de las carnes, los olores imperecederos de las especias y los gritos incesantes de los marchantes, que tratan de llamar la atención para vender sus mangos de temporada, sus frutas olorosas, sus carnitas de Michoacán, cebiches mazatlecos, tortas de todos lados, y hasta la venta de productos esotéricos dan a este lugar un ambiente mágico, envolvente.

La ropa para turistas, los restaurantes y fondas del segundo piso, las chácharas que hoy invades los pasillos, no hacen sino confirmar aquella sentencia de Pablo Neruda, quien pone sobre cualquiera otro, el color de los mercados mexicanos.